Integrantes de los equipos directivos continúan perfeccionando sus labores administrativas

  • En total, son 30 directivos pertenecientes a los colegios de la Fundación Cristo Rey y Fundación la Asunción de la Red de colegios del Arzobispado de Concepción

Durante enero y febrero, integrantes directivos de la red de Colegios pertenecientes a la Fundación Cristo Rey y Fundación la Asunción, continúan sus clases en el Diplomado en Formación Directiva Católica para Establecimientos Educacionales.

El programa busca entregar las herramientas que permitan liderar un proyecto educativo evangelizador, centrado en las personas y que permita contribuir avanzando hacia una educación de calidad, mediante la gestión por resultados y abierto a la innovación, dentro de un clima de colaboración permanente.

Consignar que el Diplomado fue diseñado para cumplir los requerimientos actuales educativos de la red de establecimientos educacionales pertenecientes al Arzobispado de Concepción, que concentra a 10 establecimientos de la región y 10 mil 500 alumnos, desde NT1 a Enseñanza Media.

En su rol como jefe de la Unidad de Capacitaciones, Eduardo Fuentes quien fue parte con el equipo de Capacitaciones de la planificación y ejecución de la instancia formativa, manifiesta la importancia de comprender los diversos contextos en los que se encuentran los colegios católicos. Cada uno está situado en un contexto particular, en comunas como Lota, Coronel, Cabrero, Yumbel y Concepción, con diferencias significativas, pero unidos en una misma red con elementos comunes y contextos que condicionan ciertos aspectos.

“Desde la perspectiva de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, esta formación es fundamental para fortalecer el liderazgo educativo y promover una educación de calidad centrada en los valores católicos. La alianza con el Arzobispado de Concepción y nuestra Universidad se vuelve esencial, ya que, como instituciones con sello católico, podemos interactuar para potenciar nuestras acciones y brindar un mejor acompañamiento a los establecimientos educacionales de la región”, destaca Fuentes.

En materia educativa, para Roberto Sepúlveda, docente de unos de los módulos, detalla parte de lo que han visto en este tiempo de clases presenciales y las particularidades que tienen esta clase de establecimientos. “El objetivo de este programa de formación para directivos de colegios católicos del Arzobispado de Concepción, es la formación de habilidades directivas, trabajando las políticas públicas desde la perspectiva de la escuela católica”, explica el docente.

Respecto a los requerimientos de los colegios católicos tienen, Sepúlveda detalla que “cada uno está situado en un contexto particular, en comunas como Lota, Coronel, Cabrero, Yumbel y Concepción, distintos entre sí, pero están situados en una misma red, con varios elementos comunes y con algunos contextos que condicionan ciertos elementos, y en esa perspectiva, ha sido muy interesante el intercambio y que se pueda intercambiar ideas desde sus distintos establecimientos y experiencias”.

Para Virginia Abraham, Subdirectora académica de la Red de Colegios Arzobispado de Concepción, la concreción del Diplomado permite aunar los lineamientos existentes entre los distintos establecimientos de la red.

“La experiencia ha sido muy positiva, porque estamos orientados a trabajar como equipos directivos en la gestión de equipos católicos, que tienen un sello completamente distinto al de un establecimiento laico o municipal. La idea es trabajar como una red de colegios, lo que permite alinearnos en los temas que nosotros trabajamos, como el PME, la gestión propia de cada colegio, pero con el sello católico y bajo la mirada de lo que significa una institución de estas características”, complementa la subdirectora.

Uno de los directivos que participa en el Diplomado es Juan Pablo Durán, director de ciclo básico del Instituto de Humanidades San Francisco de Asís de Lota, quien resalta la posibilidad de volver al aula, convertirse en alumno una vez más, lo que le permite ser un mejor docente.
“En el contexto de volver a ser estudiante, te da la posibilidad de que, uno como profesor, jamás se deja de ser aprendiz. La primera experiencia que se debe tener para ser un buen profesor es ponerse en el lugar del estudiante, recordar que uno también tuvo que aprender, nos recuerda nuestra condición de aprendiz y cuestionarnos también otras cosas, cómo hacer mejor nuestras clases, cómo llegar al aula para conquistar en contexto del aprendizaje de los niños de una mejor manera. Entre las cosas más importantes de volver al aula es justamente volver a encantarnos con la docencia, ser buenos profesores”, concluye.